Una mujer arribaba a su casa cuando un delincuente con el rostro completamente cubierto la abordó por detrás. Le apuntó con un arma de fuego y amenazó con matarla a ella y a su bebé. Huyó con la billetera y una notebook.
El viernes por la noche, después de festejar el día del amigo, Lorena llegó a su casa ubicada en Colastiné cuando fue abordada por un desconocido con claras intenciones de robo. Según relató esta mañana por “Aire de Santa Fe”, llegó a la puerta de su propiedad, bajó del auto, abrió el portón y entró.
Una vez en la cochera, cerró la puerta, ingresó a la vivienda y desactivó la alarma. Acto seguido, se dirigió nuevamente al coche para sacar a su bebé de la sillita cuando, a la carrera, entró un desconocido que había roto el tejido metálico para ganar el interior. Con el rostro completamente cubierto y un arma en la mano, el hombre la amenazó de muerte, le puntaba a la cabeza y le exigía dinero, joyas y electrodomésticos.
“Le sacó el seguro y cargó el arma en mi cabeza. Hasta se le cayó una bala de los nervios que tenía”, contó. Todo pasó en un inmueble de calle Charrúas, en la zona de Colastiné, a metros del dispensario. Lorena relató que sólo podía gritar del susto. Incluso, se cayó al suelo y se fisuró un dedo. “Me decía que me iba a matar a mí y a mi bebé y yo le pedía por favor que no nos haga nada”, dijo.
Después de unos minutos de forcejeo, el delincuente exigió a la mujer que entren en la propiedad, a lo que ella se negaba: “Me agarró pánico de lo que me podía hacer y, entonces, me tiré al piso y me negué”, explicó. A eso, sumó que el marido estaba en camino y tenía miedo a lo que podía pasar si él llegaba y se encontraba con el ladrón.
Frente a la negativa de Lorena, otra vez se dirigieron hacia el auto y el forajido solicitaba las llaves del coche para llevárselo. Sin embargo, ese pedido fue desestimado por la muchacha, teniendo en cuenta que el bebé estaba dentro. Como la situación se estaba desmadrando y la víctima no respondía a sus amenazas, el caco emprendió la retirada.
Finalmente, el malviviente se fue con la billetera de la víctima y una notebook. “Yo estaba tan bloqueada que no podía responder a nada de lo que me pedía”, indicó la señora. Por último, consignó que hace cuatro años reside en esa zona y “jamás nos pasó nada. No sé qué sucede ahora, en éste último tiempo se descontroló todo”.
Por otra parte, la actitud policial dejó bastante que desear: Lorena se comunicó con la comisaría de la zona cuyos agentes demoraron media hora en llegar. El comisario, después, explicaría que el retraso se debió a que no cuentan con móvil para traslados. Además, en la seccional, tampoco contaban con tinta en la impresora para entregarle una copia de la denuncia.
FUENTE: Notife/Aire de Santa Fe